Denunciado un cazador en Burgos por utilizar un visor térmico de uso prohibido
La Guardia Civil intercepta el dispositivo en un coto de la comarca de La Bureba mientras vigilaba prácticas furtivas

Visor térmico interceptado.
La Guardia Civil ha denunciado en Burgos a un cazador que portaba entre sus pertenencias un visor térmico, porque el uso de estos dispositivos está prohibido en Castilla y León. Los hechos ocurrieron en un paraje de la comarca de La Bureba, cuando una patrulla del Seprona que se encontraba por la zona realizando labores de prevención y seguimiento para el control de prácticas furtivas o ilícitas escuchó varios disparos.
Al acercarse al lugar de procedencia de dichos disparos, se encontraron de frente con un todo terreno que circulaba por un camino y, según explicaron en un comunicado enviado a los medios, el conductor "maniobró y giró bruscamente, dando la impresión de que pretendía evitar la presencia de los componentes del Cuerpo".
Una vez le dieron el alta, los agentes comprobaron que el hombre "presentaba un notable e inusual estado de nerviosismo" y, aunque transportaba un rifle "debidamente documentado en el vehículo", entre las ropas que vestía llevaba un visor térmico, cuyo uso para la caza está prohibido por la Ley de Caza de Castilla y León, recuerdan en la nota. "Al encontrar indicios y obtener evidencias de su empleo durante la caza fue retirado e intervenido".

Castilla y León
Burgos indemniza con 8.200 euros a una periodista herida en el chupinazo fallido
Esther Neila
"Acabada la incidencia, los componentes del Seprona acompañaron al cazador a recuperar el animal que había abatido minutos antes, ayudándole a regularizarlo con la confección on line del precinto electrónico, de nueva implantación en la comunidad autónoma", añadieron en el escrito.
La Comandancia de Burgos, continuaron, "continuará con estas acciones preventivas y de seguimiento para erradicar el furtivismo en la provincia, detectar prácticas de caza irregulares y perseguir determinadas actividades ilegales que causan un grave perjuicio económico al medio rural, a los ayuntamientos, juntas vecinales, a los propietarios de los cotos de caza y a los propios cazadores".