CRIMEN MACHISTA
El juez envía a la cárcel al asesino confeso de Andrea en Burgos
El Juzgado de Violencia Sobre la Mujer lo investiga por un delito de homicidio y decreta la suspensión de patria potestad a Jaime Vélez sobre el hijo que tenía en común con la víctima

Andrea Bejarano y Jaime V. en una foto tomada hace una década.
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de Jaime Vélez, autor confeso de la muerte violenta de Andrea Bejarano el pasado domingo. La juez lo investiga por un delito de homicidio, según informa el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
De forma complementaria, el juzgado ha acordado, a instancia de la Fiscalía, la suspensión de la patria potestad del investigado respecto del hijo menor, suspensión de la guarda y custodia y régimen de visitas del menor mientras dure la tramitación de este procedimiento hasta que recaiga sentencia firme o resolución que le ponga fin. Además, en caso de sentencia condenatoria, hasta que se inicie el cumplimiento de las penas de privación de patria potestad que en su caso se impongan.
La juez también decreta la prohibición al investigado de aproximarse al menor, que en la actualidad está con sus familiares, a una distancia de 500 metros y acercarse a su domicilio o centro educativo y a otros lugares que frecuente, durante todo el tiempo que dure la tramitación de este procedimiento hasta que recaiga sentencia firme o resolución que le ponga fin.
Por otra parte, el juzgado decreta la prohibición al investigado de comunicación con el menor, lo que le impedirá establecer contacto escrito, verbal o visual por cualquier medio de comunicación o medio informático o telemático, durante todo el tiempo que dure la tramitación de este procedimiento hasta que recaiga sentencia firme o resolución que le ponga fin.
De igual forma, decreta la comunicación inmediata a la entidad pública competente que tenga legalmente encomendada la protección de los menores, a fin de que puedan adoptar las medidas de protección que resulten necesarias.
El autor confeso, un cabo primero del Regimiento de Transmisiones 21, con sede en la base militar Cid Campeador de Castrillo del Val, fue quien presentó la denuncia de la desaparición de Andrea en la comisaría de Policía. Desde el momento en que presentó la denuncia, los investigadores pusieron el foco sobre él. Tras un intenso interrogatorio, que se prolongó durante horas, acabó confesando el crimen, que lo había cometido en el domicilio de la carretera Poza y que posteriormente había trasladado el cadáver hasta el paraje de Salinillas de Bureba. Sin esa confesión, el trabajo de los investigadores se hubiera complicado enormemente, ya que el cuerpo estaba semienterrado, envuelto en plástico, en una zona en la que podía verse a simple vista, «estaba muy bien oculto».