Diario de Castilla y León

RADIOGRAFÍA SANITARIA

Trasvase de la actividad: menos consultas en Primaria y hospital, récord en urgencias en Castilla y León

Los citas del centro de salud caen un 18% y las del especialista un 5% en una década mientras sube un 10% la entrada de casos urgentes al hospital, que marcan un máximo con 2.913 personas atendidas al día

Un paciente llega en camilla a la zona de Urgencias del HUBU. RAÚL OCHOA

Un paciente llega en camilla a la zona de Urgencias del Hospital de Burgos, el HUBU. raúl ochoa

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Valladolid

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Los centros de salud registraron el año pasado menos consultas. También los hospitales redujeron las citas con el especialista. Sendos descensos pueden explicar la evolución de las urgencias, que batieron su récord en 2023.

Casi 1,1 millones de casos atendieron las urgencias hospitalarias de Castilla y León en 2023, un 10% más que hace una década. De media, fueron 2.913 los casos que cada día entraron por esta puerta de las asistencias urgentes , el mayor volumen de la serie estadística de la Consejería de Sanidad.

Una radiografía de los indicadores contenidos en su informe anual sobre actividad asistencial en Atención Primaria y Hospitalaria revela algunas tendencias fruto de la demografía, del uso ciudadano y de las políticas sanitarias en la Comunidad. La comparación de la última década (2014 respecto a 2023) dibuja un descenso generalizado de las consultas ordinarias y un trasvase a los servicios de urgencias, pero también un mayor número de cirugías y de pruebas diagnósticas, una estabilización de los ingresos pero un acortamiento del tiempo en cama, así como una tendencia hacia los cuidados profesionales en el domicilio del paciente.

En el capítulo de atención primaria, los 247 centros de salud son los mismos que hace diez años, no así el número de consultorios: los 3.634 suponen el cierre de 16 locales en la última década.

En estas consultas de Primaria, que son la puerta de entrada al sistema sanitario, se celebraron el año pasado 25,2 millones de citas, cuando diez años antes se superaban los 30,6 millones. La diferencia son 5,4 millones de visitas menos al año. La pérdida de población podría justificar en parte el descenso de la actividad, pero también hay que tener en cuenta que al mismo tiempo el envejecimiento de la ciudadanía eleva el promedio de veces que el ciudadano recurre a un profesional sanitario por alguna patología. Sólo en el último año, el número de consultas bajó un 4% respecto a 2022. Y el porcentaje alcanza un retroceso del 18% si lo comparamos con 2014.

El grueso de la actividad de los centros de salud y consultorios recae en los médicos (13,5 millones de consultas) y enfermeros (7,1 millones). En ambos casos, la diferencia es de un 21% en diez años. En cuanto a las consultas de pediatría, las citas bajan un 5% al situarse por debajo de las 1,4 millones de visitas de niños para sus revisiones o problemas de salud.

Más atención domiciliaria. La distribución de la asistencia en Atención Primaria revela también otras dos tendencias. Por un lado, un ligero repunte de la atención domiciliaria (representaba el 1,5% del total diez años atrás y ahora supone el 2,3%). Por otro, una mayor proporción de consultas urgentes que entran en los centros de salud o puntos de atención continuada: en 2014 representaban el 3,6% y ahora concentran el 8% de la tarta de la asistencia en atención primaria. En términos absolutos, las urgencias en Primaria son algo más de dos millones de visitas: descienden en los últimos años aunque no tanto como las citas ordinarias y por eso pero aumentan su proporción.

En el capítulo de la actividad hospitalaria, las consultas con el especialista también se redujeron el año pasado: no llegan a 4,2 millones, lo que supone un recorte de 206.000 citas con el facultativo del hospital, un retroceso del 5%.

El descenso es mayor entre las primeras consultas (suman 1,2 millones, bajan un 9%) que entre las citas sucesivas (3 millones el año pasado, retroceden un 3%).

La demora con que son atendidos los pacientes que requieren ser vistos por el especialista es uno de los aspectos que merma la calidad asistencial. En especial, cuando se trata de casos prioritarios. Según los datos del Observatorio de Sanidad, el porcentaje de primeras consultas preferentes atendidas en quince días es sólo del 43%, cuando antes de la pandemia era el 67% (en 2019). Tampoco contribuyen a mejorar la eficiencia los pacientes que no acuden a su primera cita con el especialista, que repuntan hasta el 9%, cuando hace cuatro años eran el 7,2%.

Lo que sucede tanto en la Atención Primaria como en las consultas de atención especializada tiene su impacto en las urgencias, porque no se trata de niveles estancos sino conectados por vasos comunicantes. Cuando las listas de espera son elevadas para ser visto por el médico de cabecera o por el facultativo especialista, se entiende un aumento de los casos que llegan a los servicios de urgencias. Y en 2023 fueron más de 1.063.000 las urgencias registradas en los complejos hospitalarios: son 96.000 más que diez años antes, cuando no llegaban al millón. El crecimiento es del 10% en una década.

Otro de los indicadores de Sacyl mide la media de urgencias atendidas cada día, un número que en 2023 alcanzó las 2.913, el máximo, no ya de la década, sino de los últimos 20 años. La evolución de la estadística de Sacyl parte de las 2.462 urgencias que se atendían en el año 2005, un volumen que se mantiene más o menos estable hasta el año 2012, para escalar a continuación al filo de las 2.900 en 2019. Con la pandemia, la evolución experimenta un batacazo y cae hasta las 2.000 urgencias diarias para volver a escalar después y situarse ya por encima de las 2.900.

En proporción con la población, hace diez años se atendían 400 urgencias por cada 1.000 tarjetas sanitarias. Ahora, rozan ya las 460. Es decir, la tasa es de casi una urgencia por cada dos cartillas en Castilla y León.

Lo que desciende también es el porcentaje de esas urgencias que acaba en ingreso: si hace diez años superaba el 16%, ahora no llega al 14,7%.

En cuanto a los ingresos hospitalarios, se mantienen más o menos estables y sólo retroceden un 1%. El año pasado los hospitales tramitaron casi 244.000 veces el 'check in' de un paciente, que son 3.100 menos que diez años atrás, un descenso del 1%. Más aún retroceden las estancias, es decir, el número de pernoctaciones hospitalarias, que bajan un 9%, hasta situarse por debajo de 1,6 millones de noches. Eso significa que ingresan menos pacientes y, además, lo hacen durante menos tiempo. En concreto, 6,43 días es ahora la estancia media, cuando diez años antes rozaba los siete días.

El año pasado se registraron más de 327.000 cirugías en los hospitales, un 21% más que una década atrás, cuando no llegaban a las 270.000 (la diferencia es de 57.429). La gran mayoría son ambulatorias (casi 238.000) y son también las que más crecen (un 34%). Las que conllevan un ingreso hospitalario bajan (fueron 89.103 el año pasado, cuando hace una década superaban las 92.117, un retroceso del -3%). En consecuencia, las ambulatorias ganan peso en la tarta total de operaciones quirúrgicas:pasan del 66% al 73% de todas las intervenciones.

También mejora la organización en los quirófanos la previsión de las cirugías, ya que aumentan las intervenciones programadas un 25% (casi 305.000 el año pasado), mientras las entradas al quirófano con carácter urgente bajan un 10% (hasta las 22.200).

El número de quirófanos en funcionamiento se mantiene estable en los 170 en la últimas década, aunque supone un incremento respecto a la red disponible en 2015, cuando eran 125. A lo largo de estas dos décadas ha ido en aumento en número de intervenciones quirúrgicas programadas por día hábil, pasando de los 418 de 2005 a los 1.209 de la actualidad. Destaca Sanidad ese indicador, la cifra más alta alcanzada en los últimos años al situarse por primera vez por encima de las 1.200 intervenciones previstas por día hábil.

Más TAC, menos ecografías y las mismas resonancias

El número de pruebas diagnósticas evoluciona al alza. El año pasado se realizaron 810.666, frente a las 780.000 registradas en el año 2019, que es el ejercicio más antiguo con estos datos desglosados en el Observatorio de Salud. En particular, en los últimos cuatro años crecen los TAC (un 19% más, hasta los 298.662) pero bajan las ecografías (-6%, con 298.662) y las mamografías (-2%, hasta las 65.593).

Al aumentar el número de pruebas y bajar la población, la ratio de pruebas por habitante sube de forma notable: la más alta es para los TAC, un examen de precisión que el año pasado se realizó sobre 137 de cada mil habitantes, la mayor cifra de la serie. La tasa de las ecografías es de 136, en las resonancias de 67 y en las mamografías de casi 29 por cada mil tarjetas sanitarias.

Los partos bajan un 27% y repuntan las cesáreas

Pueden pasar muchas horas, en algunos hospitales incluso más de un día, sin que se oiga el llanto de un bebé. La sangría demográfica de Castilla y León se nota en la actividad de los paritorios, donde el año pasado se registraron 11.477 alumbramientos, que son 4.258 menos que en 2014. El descenso es del 27% en una década. Son, de media, 31,4 partos al día. Aranda, Miranda y Medina del Campo no llegan al parto diario de media. Los hospitales de León, Salamanca y Río Hortega de Valladolid son los únicos que superan los cuatro partos de media al día. Burgos se queda al filo, con 3,95.

Lo que repunta es el porcentaje de cesáreas: después de años en descenso (tocó suelo en 2018 con menos del 22%), lleva dos años subiendo y se sitúa ahora por encima del 25%.

Cuidados paliativos en casa para 3.000 pacientes

Cada vez son más los receptores de cuidados paliativos en el domicilio, la opción más recomendada para pacientes afectados por enfermedades incurables: el año pasado 3.061 personas recibieron esta atención en su casa, un incremento respecto a 2019, cuando eran sólo 1.870 las personas cuidadas en su domicilio por el sistema público. Otros 4.200 pacientes figuran como usuarios de la hospitalización a domicilio por diversas patologías, que también supone una subida respecto a los 3.918 de hace cuatro años.

Lo que al mismo tiempo aumenta es el número de fallecimientos en los hospitales: 14.577 murieron en un complejo sanitarios, frente a los 12.886 de hace diez años.

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